viernes, 26 de marzo de 2010

Maria y Juan


María acaba de entrar al escritorio en busca de la agenda, es importante tenerla a mano, pues de lo contrario no logrará organizar ni una sola hora de ese soleado dia otoñal que augura una jornada cargada de entrevista, pedidos, recordatorios y alguna cosa que quedó pendiente del día anterior.
En la radio suena una música muy suave que parece traerle un recuerdo muy lejano en el tiempo, pero no hay tiempo para detenerse a recordar, hoy es jueves y el consultorio demanda toda su atención.
Ya por salir de la habitación, suena el teléfono, una mueca de fastidio aparece en su cara;  esa llamada solo logrará retrasar un poco más su apurada partida. Levanta el tubo y contesta en tono seco: "Hola"..... "Hola..." dice con más firmeza.
Al otro lado una voz contesta en un tono grave, pausado, y con un dejo de suavidad y dulzura masculina: hola....
El silencio se prolonga unos segundos, María siente que se abre un abismo insondable en su pecho, una extraña sensación de caer en el vacio, sintiendo el vértigo de la caída libre, sin miedo a sufrir ningun rasguño, porque sabe que unos brazos fuertes se abren para sostenerla. esos brazos que hace 17 años la envolvieron con dulzura y pasión.
- Juan! sos vos!
- Me reconociste contesta el, con voz que denota alivio y nerviosismo.
Se abre un diálogo de preguntas y respuestas, de puesta al día, la voz masculina proviene del otro lado del Océano Atlántico, pero sus corazones vibran al unísono.
El pasado deja de existir, el futuro es una utopía, ahora sólo existe ese presente cargado de una dulce tensión; que les permite crear una nueva historia.
El necesitaba escuchar su voz; quería encontrar en ella las palabras justas como para retomar la energía perdida y continuar así su lucha ante una vida llena de pruebas.
Ella olvida todo lo que le aguardaba y se entrega a la hermosa experiencia de recordar lo feliz que había sido al lado de ese hombre único, con quien compartió siete años de su existencia.
Abrieron el paréntesis del tiempo compartido para extenderlo un poco más... ¿cuánto más? Sólo ellos dirán cuando volver a cerrarlo.

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